Artículo publicado por Mundo Ejecutivo, escrito por nuestro snowball.mx President: Salvador Vidal, en donde nos habla de la crisis mundial.
Artículo publicado por Mundo Ejecutivo, escrito por nuestro snowball.mx President: Salvador Vidal, en donde nos habla de la crisis mundial.
“Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y
que guardan las cosas en ella escrita, porque el tiempo está cerca”. Así comienza
el tercer párrafo del libro del Apocalipsis, profetizando el fin de la
humanidad. Es una frase milenaria, pero que siempre está vigente.
A mis treinta y siete años, parece que la espada de Damocles siempre está
sobre nosotros, y como sociedad, estamos en una constante situación de crisis.
Afortunadamente, la variedad de peligros perpetuos nos permite no aburrirnos ni
acostumbrarnos a uno solo.
Por ejemplo, en la actualidad, a la diestra tenemos la guerra entre Rusia y
Ucrania, con posibles consecuencias mundiales; a la siniestra, la recesión económica
y la inflación generalizada. En la retaguardia, aún nos persigue el fantasma de
las variantes del COVID y una pandemia que mantuvo al mundo en letargo por casi
dos años. Y al frente, como un recordatorio constante de nuestro destino
fatídico, está el calentamiento global. Parece que, como indica el texto con el
que comienzo este escrito, el tiempo del fin está cerca.
Sin embargo, si retrocedemos unos veinte años, también podríamos haber
considerado ese momento como el fin de los tiempos. Todas las señales estaban
ahí, incluso cuando existía una situación económica pujante en la mayoría de
los países del globo, sin mencionar la burbuja de las “puntocom”. Recordemos
cómo nos tomó por sorpresa la mañana del 11 de septiembre la imagen de dos
aviones descomunales estrellándose contra uno de los íconos de la cultura
norteamericana, desatando una de las guerras más injustas de los últimos
tiempos y generando un nuevo y alarmante enemigo que nos acompañó por décadas:
el terrorismo.
De igual forma, justo antes de entrar al nuevo milenio, existía un miedo
generalizado conocido como Y2K, que hacía referencia a un problema tecnológico
sin precedentes que podría dejar sin comunicación, servicios digitales y causar
muchas catástrofes más en todo el mundo. Sí, siempre estamos en crisis, pero si
algo nos ha enseñado la experiencia de vivir un par de ellas, es algo muy
sencillo: siempre se sobrevive, de una u otra forma, pero aquí seguiremos.
El punto de esta reflexión sobre las crisis es que los acontecimientos
desafortunados y los tiempos difíciles siempre estarán presentes. Son tan
constantes como el ingenio humano, y como entes que vivimos en dichos periodos,
debemos tomar una decisión: resguardarnos bajo techo y esperar a que la
tormenta pase dejando a la suerte nuestro destino futuro, o tomar la decisión
de navegar sobre la misma tormenta, entendiendo que siempre hay un mañana y que
en un mar revuelto hay muchas oportunidades para pescar.
Grandes fortunas se han forjado en tiempos de infortunio. Sin ir tan lejos,
se pueden revisar los números de las grandes farmacéuticas que inventaron la
vacuna para la pandemia de Covid-19 o de aquellas plataformas digitales de
conectividad (como Zoom) que pasaron de ser simples herramientas para una
organización a espacios de trabajo indispensables. No necesitamos ser grandes
conglomerados para buscar oportunidades en las crisis, pero es importante tener
los ojos abiertos ante las futuras necesidades mundiales o regionales.
Reconocer las oportunidades nos es tan difícil; muchas veces, lo
extraordinario es llevar adelante un proyecto en tiempos donde los recursos no
sobran. Pero te tengo una idea: si no puedes hacerlo solo, únete a más personas
que estén dispuestas a solucionar dicha problemática y sacar ventaja en tiempos
de crisis. ¿Cómo se unen unos con otros? Invirtiendo en capital de riesgo en
proyectos innovadores, en oportunidades que pueden generar grandes beneficios,
pero también grandes riesgos.
La inversión en tiempos de crisis puede ser un camino para aprovechar las
oportunidades que surgen en momentos de incertidumbre. Si tienes un perfil
conservador, las acciones de empresas sólidas, los bonos de gobierno, el oro,
las propiedades en inmobiliarias y los fondos de inversión pueden ser opciones
para resguardarte. Por otro lado, si estás dispuesto a asumir riesgos, invertir
en capital de riesgo en empresas innovadoras y prometedoras puede ser una gran
oportunidad para generar beneficios a largo plazo. Te dejo un par de ideas a tu
consideración; Nearshoring en México, comercio electrónico, tecnologías de la
salud, energías renovables y ciberseguridad.
No importa cual sea tu perfil, lo importante es que inviertas, pero siempre
recuerda hacer una investigación exhaustiva y tomar decisiones informadas, así
como diversificar. La crisis puede ser un momento difícil, pero también puede
ser una oportunidad para romperla en grande. ¡Anímate!